La superficie del asteroide en el que aterrizó la sonda OSIRIS-REx de la NASA era como un "pozo de bolas de plástico

Por: Michael Korgs | 11.07.2022, 13:20

La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA recientemente "marcó" a 101955 Bennu para recoger una muestra de regolito de la superficie del asteroide, haciendo historia cuando ocurrió hace dos años. Aunque la misión no regresará a la Tierra hasta finales de 2019, la NASA publicó información actualizada sobre el objeto. La agencia reveló esta semana (vía Mashable) que si OSIRIS-REx no hubiera utilizado sus propulsores apenas tocó la superficie del asteroide, se habría hundido en Bennu.

"Resulta que las partículas que componen el exterior de Bennu están tan poco compactadas y ligeramente unidas entre sí que si una persona pisara Bennu sentiría muy poca resistencia, como si pisara un pozo de pelotas de plástico que son populares zonas de juego para los niños", dijo la NASA.

El aterrizaje de OSIRIS-REx en Bennu, según The Guardian, "provocó el asombro de científicos de todo el mundo", en parte porque se dice que su superficie está cubierta de arena. El terreno previsto era liso y arenoso, no rocoso. Tras un breve saludo con el asteroide, la nave salió de una depresión de 8 metros de profundidad después de aterrizar en Bennu. En las pruebas de laboratorio, las técnicas de recuperación planetaria sólo produjeron una pequeña hendidura".

Los investigadores de la Universidad de Arizona utilizaron sensores de fuerza para analizar los datos de la nave espacial y descubrieron que ésta encontró la misma cantidad de resistencia que encontraría una persona en la Tierra al presionar el émbolo de una jarra de café de prensa francesa. "Nos hundimos en el asteroide incluso después de encender nuestros propulsores para abandonar la superficie", dijo Ron Ballouz, miembro del equipo científico de OSIRIS-REx.

Según la NASA, sus hallazgos sobre Bennu pueden ayudar a los científicos a interpretar mejor las observaciones remotas de otros asteroides. Como resultado, la organización podrá desarrollar futuras misiones a asteroides de forma más eficaz. "Creo que todavía estamos al principio de entender lo que son estas cosas porque se comportan de forma muy extraña", dijo Patrick Michel, miembro del equipo de OSIRIS-REx.