Una máquina de escribir de ADN transforma frases enteras en células vivas
Olvídese de la tinta invisible: los futuros espías podrán transmitir mensajes secretos directamente en el ADN de las células vivas, según investigadores del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI). Mediante la encriptación de párrafos completos en el ADN, los científicos del Instituto Médico Howard Hughes han demostrado una "máquina de escribir de ADN" que, según afirman, podría llegar a servir de "caja negra" celular.
La espectacularidad de los sistemas de almacenamiento de información de la naturaleza palidece en comparación con nuestras propias tecnologías de gestión de la información digital, sin embargo no pueden competir con el hecho natural. El ADN es un material muy denso, capaz de almacenar hasta 215 millones de GB de datos en un solo gramo, y potencialmente más, dependiendo de algunas variables. Escribir en el ADN y leerlo sigue siendo una actividad que requiere mucho tiempo.
Los investigadores del HHMI crearon un nuevo método para grabar información en el ADN de forma rápida y secuencial. La máquina de escribir de ADN, como se conoce, introduce segmentos cortos de ADN uno tras otro de izquierda a derecha en una "cinta de ADN" vacía El equipo diseñó y demostró más de 4.096 símbolos distintos que pueden insertarse en el texto, demostrando que la máquina de escribir de ADN puede ordenarlos para crear frases completas que puedan leerse posteriormente.
Los investigadores utilizaron frases como "Lo que Dios ha hecho", "Lo que Dios ha hecho" y "Lo que Dios ha hecho" en sus primeras pruebas. Este versículo bíblico, que puede parecer un poco dramático, se eligió porque fue el primer mensaje enviado por telégrafo utilizando el código Morse. También cabe destacar la frase "¡Sr. Watson, venga aquí!", que fue la primera línea que se pronunció a través de una conexión telefónica. La tercera y última frase de prueba fue "Bound forever, DNA", un pasaje de la canción de BTS.
Por otra parte, la máquina de escribir de ADN no sólo sirve para poner citas en las celdas. Según el equipo, algún día podrá utilizarse para seguir la actividad y la historia de las células, lo que permitirá a los investigadores estudiar su desarrollo o sus respuestas a las enfermedades o los medicamentos, como una caja negra en el cielo. El equipo estudió cómo una célula se dividió en 1,2 millones a lo largo de 25 días y trazó sus códigos de barras para construir su árbol genealógico en pruebas.
La investigación se publicó en la revista Nature .