Un misil chino no guiado cae sobre el Océano Índico
Un cohete chino Long March 5B volvió a entrar en la atmósfera del planeta sobre el océano Índico y aterrizó cerca de Sarawak, un estado malayo de Borneo. El Comando Espacial de los Estados Unidos confirmó el regreso del cohete a las 12:45 pm ET, pero aún se desconoce dónde han caído sus restos. La agencia espacial tripulada de China dijo que el cohete regresó a la misma zona y que la mayor parte se quemó en el descenso en un mensaje traducido en Weibo.
el 24 de julio, China utilizó un cohete Changcheng-5B para lanzar un módulo de laboratorio a su inacabada estación espacial Tiangong. Al entregar la carga útil, el Long March 5B pone en órbita la primera etapa, a diferencia de la mayoría de los cohetes. Esta enorme pieza, de más de 30 metros de largo y más de 22 toneladas de peso, orbita el globo durante algún tiempo antes de caer a la Tierra sin ningún medio de control.
La semana pasada, la incertidumbre sobre el lugar donde aterrizará el cohete se extendió por todo el mundo, con predicciones que iban desde México hasta el extremo sur de África. Este es el tercer lanzamiento del Long March 5B de China, y tiene un historial de tres aterrizajes incontrolados. En 2020, China lanzó el Long March 5B para poner en órbita el módulo central de Tiangong utilizando el modelo anterior. Los restos del cohete cayeron en Costa de Marfil, pero no se registraron víctimas y hubo algunos daños estructurales. El año pasado, China colocó su primer módulo de laboratorio a bordo del Long March 5B y dispersó los restos en el océano Índico.
Los usuarios de Malasia grabaron en Twitter la aparente reentrada del cohete en la atmósfera, y algunos sugirieron que se trataba de un meteorito. Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, cree que los restos del cohete pueden haber aterrizado cerca de Sibu, Bintulu o Brunei -tres ciudades de la costa norte de Borneo-, pero considera improbable que haya caído en una zona poblada.
En un tuit, Bill Nelson, de la NASA, reaccionó ante el fallido aterrizaje. "La República Popular China no proporcionó información específica sobre la trayectoria de su cohete Long March 5B al estrellarse contra la Tierra", afirma. "Todas las naciones que realizan actividades espaciales deberían seguir las mejores prácticas establecidas y compartir estos datos con antelación para poder realizar predicciones fiables del riesgo potencial de colisión, especialmente en el caso de los cohetes de carga pesada, como el Long March 5B, que conllevan un riesgo importante de pérdida de vidas y bienes".
Por desgracia, este no es el último cohete no guiado que se estrella contra el suelo. China tiene previsto utilizar el Long March 5B para lanzar el tercer y último módulo Tiangong 3 del país en octubre. El telescopio se desplegará con el mismo cohete en 2023.