Los físicos han descubierto cómo buscar agujeros de gusano para viajar en el tiempo y entre universos

Por: Maksim Panasovskyi | 10.03.2023, 22:43
Los físicos han descubierto cómo buscar agujeros de gusano para viajar en el tiempo y entre universos

El agujero de gusano es una característica del espaciotiempo que representa un túnel en el espacio en cada momento del tiempo. Es compatible con la teoría general de la relatividad de Albert Einstein, pero su existencia no pasa de ser una hipótesis que nadie ha podido demostrar. El concepto de agujero de gusano fue introducido por primera vez por el físico estadounidense John Archibald Wheeler.

Científicos chinos parecen haber dado con una forma de encontrar agujeros de gusano. Creen que los agujeros de gusano pueden detectarse mediante pruebas circunstanciales, como ocurre con los agujeros negros. Estos últimos absorben completamente toda la luz, por lo que no pueden verse. Sin embargo, los científicos están seguros de que los agujeros negros existen e incluso consiguen estudiarlos.

Simulaciones realizadas por científicos chinos han demostrado que los agujeros de gusano pueden tener una masa enorme para refractar la luz de los objetos que se encuentran detrás de ellos. En palabras sencillas, los agujeros de gusano magnifican y distorsionan las estrellas lejanas que se encuentran detrás de ellos. Esto es lo que pueden hacer los agujeros negros y los cúmulos de galaxias.

Los científicos creen que el objeto situado tras el agujero de gusano aparecerá en tres copias ampliadas, una de las cuales será más brillante que las demás. En el caso de los agujeros negros, el efecto es diferente. Un agujero negro no produce tres, sino cuatro copias, pero todas ellas tienen aproximadamente el mismo nivel de brillo.

A pesar de ello, el trabajo de los científicos chinos difícilmente puede calificarse de descubrimiento revolucionario. Incluso si las simulaciones fueran realmente correctas, encontrar un agujero negro sería tan fácil como oír a un hombre susurrando en un concierto de rock. Así lo afirma Andreas Karch, físico de la Universidad de Texas en Austin. Así que aún hay margen de mejora.

Fuente: space