James Webb midió por primera vez la temperatura de un planeta similar a la Tierra en el sistema estelar TRAPPIST-1, pero no encontró atmósfera
El telescopio espacial James Webb sigue funcionando y ayudando a los científicos a explorar el universo. Los expertos han utilizado el observatorio para estudiar el primer planeta del sistema estelar TRAPPIST-1.
Esto es lo que sabemos
James Webb está equipado con una cámara MIRI (Mid-Infrared Instrument). Este instrumento se utilizó para medir la temperatura del planeta TRAPPIST-1b, cuyo tamaño es 1,4 veces el de la Tierra.
Los astrónomos querían encontrar una atmósfera en el planeta. TRAPPIST-1b resultó tener una temperatura diurna de 230 grados Celsius. Por desgracia, los científicos no pudieron detectar ningún rastro de absorción o redistribución de la luz. Esto puede indicar que no hay atmósfera en el planeta.
No se altere demasiado todavía. El sistema TRAPPIST-1 tiene siete planetas en órbita alrededor de la enana roja. En tres de ellos (TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g) podría existir vida biológica.
La estrella se encuentra a 40 años luz del Sol, lo que la convierte en el sistema más estudiado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA). Después del sistema solar, claro.
El planeta TRAPPIST-1b está 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol y 40 veces más cerca que Mercurio. La luminosidad relativamente débil de la enana roja se ve compensada con creces por su corta distancia. Así, TRAPPIST-1b recibe un 300 por ciento más de luz que nuestro planeta.
Los científicos supieron inmediatamente que había pocas posibilidades de que existiera una atmósfera. Sin embargo, la NASA esperaba resultados diferentes. Algunos investigadores especularon con la posibilidad de que TRAPPIST-1b tuviera una atmósfera densa.
Fuente: Nature