EE.UU. reducirá drásticamente la financiación de los bombarderos estratégicos B-1 Lancer y B-2 Spirit, centrándose en el B-21 Raider y el B-52J Stratofortress.
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Los documentos presupuestarios de las Fuerzas Aéreas estadounidenses muestran una reducción del gasto en los bombarderos estratégicos B-1 Lancer y B-2 Spirit para finales de la década de 2020. El servicio está dando prioridad al bombardero nuclear de nueva generación B-21 Raider y al B-52H Stratofortress, que será designado B-52J tras una actualización.
Esto es lo que sabemos
El Mando de Ataque Global lleva años diciendo que tiene la intención de dedicar sus limitados recursos humanos y financieros al B-21 Raider y al B-52 Stratofortress. El servicio también espera desmantelar el B-1 Lancer y el B-2 Spirit, que en los últimos años no han podido presumir de una gran eficacia en sus misiones.
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La flota Spirit consta de 20 aviones, pero el Mando de Ataque Global sólo puede utilizar 14 bombarderos. El resto están en pruebas o en mantenimiento. Además, los sistemas furtivos siguen siendo complejos y requieren un gran número de horas-hombre para su mantenimiento. Se espera que el B-21 Raider sea mucho más eficiente en este sentido.
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La flota de bombarderos supersónicos B-1 se ha reducido recientemente a 45 unidades. A pesar de ello, las Fuerzas Aéreas estadounidenses decidieron mantener la financiación y los conocimientos técnicos para mejorar la capacidad del avión estratégico.
El servicio ha solicitado 284,9 millones de dólares al Congreso estadounidense para los años fiscales 2024-2028 (FY) para compras relacionadas con el B-2 Spirit. La financiación comenzará con 107,9 millones de dólares en el FY2024 y se reducirá casi a la mitad (a 57,16 millones de dólares) en el FY2025. Para el AF2028, descenderá bruscamente a 15,78 millones de dólares.
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La financiación para investigación, desarrollo, pruebas y evaluación del B-2 Spirit muestra un descenso aún más pronunciado, comenzando en 87,6 millones de dólares en el FY2024 y terminando en unos pocos miles de dólares en el FY2028. La mayor parte de los fondos se destinarán a mejorar la aviónica.
En cuanto a la financiación de adquisiciones relacionadas con el B-1 Lancer, las Fuerzas Aéreas estadounidenses solicitan 12,8 millones de dólares en el FY2024, 3,31 millones en el FY2025, 4,74 millones en el FY2026 y alrededor de 1 millón en el FY2027-2028. El servicio quiere 32,68 millones de dólares para I+D en el FY2024-2025, y unos pocos miles de dólares en el FY2027-2028.
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El B-1 también se equipará para llevar los nuevos sistemas de armas. Las Fuerzas Aéreas estadounidenses abandonaron el programa ARRW (Air-launched Rapid Response Weapon) de Lockheed Martin debido al fracaso de las pruebas. Se trata, por tanto, del misil hipersónico en el que trabajan Raytheon y Northrop Grumman dentro del programa Hypersonic Attack Cruise Missile(HACM).
Fuente: Revista Air & Space Forces