Bélgica está dispuesta a entrar en el programa europeo de desarrollo de cazas FCAS de sexta generación, a pesar de haber encargado 34 aviones F-35 Lightning II
El Gobierno belga ha dado a entender que está dispuesto a unirse a un programa multinacional para desarrollar un avión de combate europeo de sexta generación. Pero no todo el mundo está contento con ello.
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Bélgica ha encargado 34 cazas de quinta generación F-35 Lightning II. Lockheed Martin acaba de empezar a construir el primer avión. Estará listo a finales de este año, pero permanecerá en Estados Unidos para la formación de pilotos. Las entregas a Bélgica están previstas para 2025.
A pesar del pedido del F-35, Bélgica está dispuesta a unirse al proyecto Future Combat Air System (FCAS). El país europeo está en conversaciones con las partes interesadas, pero de momento se trata de un "estatus de observador".
Los líderes del proyecto FCAS son Francia, Alemania y España. Las empresas de defensa Dassault Aviation, Airbus e Indra participan activamente en el programa. Éric Trappier, director general de la primera, se declaró contrario a ampliar el FCAS para incluir a los países que participan en el programa F-35. Aunque se trate de Estados europeos. Sin embargo, no descarta la posibilidad de que se incorporen países observadores.
El estatus de observador para Bélgica no debería preocupar ni a Trappier ni a los socios del FCAS, ya que no implicará la participación inmediata de la industria belga. Así lo informó Defense News, citando a una fuente de la industria alemana que accedió a hablar bajo condición de anonimato. Además, Bélgica ha encargado el F-35 y no necesitará cazas hasta dentro de 30 años.
Alain De Neve, investigador del Real Instituto Superior de Defensa de Bélgica, está de acuerdo. También argumenta que excluir a Bélgica del proyecto por el mero hecho de haber encargado el F-35 parece poco probable. Por ejemplo, Alemania, como miembro del FCAS, destinó el año pasado casi 10.000 millones de dólares a la compra del F-35, pero sigue en el proyecto y esto no ha provocado protestas de Dassault.
Bélgica no ha hecho ninguna declaración oficial sobre su adhesión al FCAS. Sin embargo, Olivier Andriès, CEO de Safran, ha expresado su deseo de que el país se una al proyecto FCAS en lugar de al Global Combat Air Program (GCAP), que está desarrollando un avión de sexta generación para Gran Bretaña, Japón e Italia.
Veremos cómo evolucionan las cosas. Dassault Aviation no tiene nuevos comentarios sobre la posible entrada de Bélgica en el programa FCAS. Indra también guarda silencio. Un representante de Airbus se limitó a decir que se trata de una decisión política que deben acordar Francia, Alemania y España.
Fuente: Noticias de Defensa