Un caza F-35A Lightning II de quinta generación valorado en 166 millones de dólares se estrelló en Utah debido a un fallo electrónico causado por turbulencias provocadas por el hombre
A mediados de octubre de 2022, un caza de quinta generación F-35 Lightning II se estrelló en Utah. Nueve meses después, se conoció la causa del accidente del avión.
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El pasado otoño, un F-35A de las Fuerzas Aéreas estadounidenses se estrelló en la base aérea de Hill (Hill). Las pérdidas para las Fuerzas Aéreas estadounidenses se estimaron en 166 millones de dólares. Según un informe publicado esta semana, la causa fue un fallo en la electrónica del avión. Se produjo como consecuencia del paso de la aeronave por una turbulencia.
El accidente se produjo el 19 de octubre de 2022 después de las 18:00 hora local. El F-35A accidentado volaba en el tercer asiento de un grupo de cuatro cazas. Estaba asignado al 421º Escuadrón de Cazas (421st Fighter Squadron).
La aeronave chocó contra una estela dejada por un F-35A que volaba por delante. El piloto oyó un ligero estruendo. Tras chocar con la turbulencia artificial, los controles de vuelo registraron datos de vuelo incorrectos, lo que provocó que el piloto perdiera el control del caza. La aeronave simplemente dejó de responder a los comandos.
El piloto intentó abortar el aterrizaje y reintentarlo de nuevo. Sin embargo, el F-35A viró hacia el lado izquierdo. Tras un intento infructuoso de nivelar el caza, el piloto se eyectó sano y salvo y el avión se estrelló cerca de la pista. El incidente duró menos de 10 segundos.
El informe afirma que el caza estaba bien antes de que se produjeran los problemas de aterrizaje. La investigación concluyó que el piloto no cumplió las normas vigentes ese día, que le obligaban a mantenerse a una distancia mínima de 2,7 kilómetros (9.000 pies) de un caza que se disponía a aterrizar.
Por otra parte, el manual del programa de vuelo del F-35 aconseja a los pilotos mantener una distancia de 900 metros (3.000 pies), pero no especifica a qué distancia deben estar en caso de turbulencia. La investigación incluyó la elaboración de modelos, que determinaron que el accidente no se debió a daños físicos, sino a una interpretación errónea de los datos de vuelo por parte de la aeronave.
Según las Fuerzas Aéreas estadounidenses, la probabilidad de que se repita una situación semejante en el futuro es mínima. Los cazas F-35 de quinta generación han volado más de 600.000 horas y nunca antes las turbulencias habían afectado al sistema de datos.
Hay que tener en cuenta que para la Fuerza Aérea de Estados Unidos esta ha sido la segunda pérdida de un F-35A Lightning II desde 2012. El primer caza se estrelló en la primavera de 2015 en la base aérea de Eglin, Florida, cuando el piloto intentó aterrizar a una velocidad excesiva.
Fuente: Noticias de Defensa