La mala decisión de Jason Schreier de vender un nuevo libro en rusia ha suscitado duras críticas de los jugadores

Por: Anton Kratiuk | 07.02.2024, 13:26

Hace unos días, el conocido y respetado periodista de Bloomberg Jason Schreier anunció su nuevo libro Play Nice: The Rise, Fall, and Future of Blizzard Entertainment.

Nadie duda de que el libro será tan interesante e informativo como los dos primeros, pero la decisión de Schreier ha enfadado a muchos de sus lectores.

Esto es lo que sabemos

Resulta que el libro Play Nice: The Rise, Fall, and Future of Blizzard Entertainment se publicará oficialmente en Rusia, un estado terrorista.

Según Schreier, "sería injusto que los lectores de Rusia no tuvieran la oportunidad de leer el libro".

La decisión ha enfurecido a los jugadores ucranianos, que llevan dos años sufriendo ataques rusos a diario. Sólo hoy, 44 misiles de crucero y 20 drones Shahed han sido disparados contra Ucrania, matando a civiles y dañando la infraestructura de las ciudades.

Como dijo sucintamente nuestro periodista Vladyslav Nuzhnov, "millones de ucranianos han perdido sus hogares a manos de los rusos. Alguien ha perdido la vida y nunca podrá volver a leer un libro, y usted dice 'sería injusto que los rusos no pudieran leer mi libro'. ¿Lo dice en serio?".

Schreier y sus agentes literarios decidieron donar la totalidad de los royalties de la venta del libro en Rusia para ayudar a Ucrania. Pero esta decisión también es dudosa, ya que el país agresor recibirá considerables pagos de impuestos, que podrá gastar en la producción de misiles y proyectiles.

Por el momento, se han eliminado todas las referencias a la venta de Play Nice en Rusia, pero sigue sin estar claro si la decisión se ha tomado para celebrar la salida del libro en el país terrorista.

El inicio de las ventas de Play Nice: The Rise, Fall, and Future of Blizzard Entertainment está previsto para otoño de 2024, por lo que el autor estadounidense tiene tiempo de tomar la decisión correcta, de la que no se avergonzará.

Schreier recuerda que su colega Stephen King adoptó una firme postura cívica pocos días después del comienzo de la guerra y anunció que sus libros no volverían a venderse en Rusia, al menos hasta que se convirtiera en un país civilizado.