El bombardero nuclear B-2 Spirit recibirá la última bomba GBU-72/B de 2.300 kg para destruir búnkeres a gran profundidad

Por: Maksim Panasovskiy | 08.05.2024, 12:50

Las Fuerzas Aéreas estadounidenses quieren armar los bombarderos nucleares B-2 Spirit con nuevas bombas antibúnker. Se denominan GBU-72/B. Se espera que el desarrollo concluya a finales del presente año fiscal.

El B-2 Spirit está siendo modernizado antes de su retirada del servicio en la próxima década. Como parte de este programa, el avión será armado con bombas GBU-72/B, que desplazarán a las GBU-28/B del arsenal.

Las GBU-72/B están equipadas con un kit JDAM (Joint Direct Attack Munition) con unidad de guiado GPS. La GBU-72/B pesa 2.300 kilogramos (5.000 libras). El Pentágono no revela detalles de la nueva arma, pero señala que es superior a la bomba guiada por láser GBU-28 de 2.300 kg (5.000 libras), que puede penetrar hasta 30 m de suelo o hasta 6 m de hormigón armado.

En 2021, las Fuerzas Aéreas estadounidenses realizaron con éxito una serie de pruebas con la GBU-72/B, incluido el lanzamiento de la bomba desde el aire. Para las pruebas, el servicio militar utilizó un caza F-15E Strike Eagle de cuarta generación. Las pruebas tuvieron lugar en un campo de tiro asociado a la base de Eglin (Florida). Allí se estableció el entorno necesario para el objetivo. La foto de arriba muestra la detonación de la ojiva.

Bombas sísmicas

La GBU-72/B es una evolución de la bomba sísmica Tallboy, aparecida durante la Segunda Guerra Mundial. Fue creada por el ingeniero británico Barnes Wallis, y el principio de tal arma fue inventado por él antes del estallido de la guerra.

Según fuentes abiertas, la Real Fuerza Aérea británica recibió de Vickers-Armstrongs 854 bombas Tallboy con un peso de 5443 kg. La masa del explosivo es de 2358kg.

Los Tallboys se utilizaron para destruir muchas instalaciones fortificadas y lanzaderas. Tras el desembarco aliado en Normandía, los Aliados atacaron una estación de ferrocarril cerca de la ciudad de Saumur, un ataque considerado como la demostración más impresionante de las capacidades de la bomba sísmica Tallboy.

Estados Unidos se interesó por el concepto de un arma de este tipo y comenzó la producción de la T-14. Se trata de una copia bajo licencia de la bomba sísmica británica Grand Slam, de 10 toneladas de peso, que se utilizó durante la segunda guerra para atacar bases submarinas.

Ya tras el final de la guerra, Estados Unidos creó la T-12 Cloudmaker (en la foto de arriba), de 20 toneladas de peso. Sin embargo, las bombas sísmicas quedaron entonces relegadas a un segundo plano debido al rápido desarrollo de las armas nucleares.

La ya mencionada GBU-28 apareció a principios de la década de 1990, durante la guerra de Irak. Después de 16 años, Boeing creó la GBU-57, que entró en servicio en 2011. Tras cuatro etapas de modernización, el GBU-57 puede penetrar hasta 60 metros en el suelo.

Modernización del B-2 Spirit

Recientemente se informó de que Northrop Grumman recibirá hasta 7.000 millones de dólares para ampliar las capacidades de su flota de aviones B-2 Spirit. Es posible que éste sea el último programa de modernización a gran escala de los bombarderos antes de su retirada del servicio.

Actualmente, la flota de B-2 consta de 20 aviones, dos de los cuales están en reparación. Northrop Grumman ha construido un total de 21 bombarderos para las Fuerzas Aéreas estadounidenses, pero a principios de 2008 uno de ellos se estrelló en el Océano Pacífico, cerca de la base militar de Andersen.

El coste ajustado a la inflación de un solo B-2 Spirit supera los 2.000 millones de dólares. Northrop Grumman ya está trabajando en el bombardero estratégico de nueva generación B-21 Raider. Fue presentado en diciembre de 2022 y realizó su primer vuelo un año después.

Se calcula que el B-21 costará 700 millones de dólares. Sin embargo, las Fuerzas Aéreas estadounidenses creen que el coste del bombardero nuclear de nueva generación podría reducirse. El Secretario de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, Frank Kendall, declaró esto el mes pasado tras hablar con responsables de Northrop Grumman.

El presupuesto del programa B-21 Raider se ajustará en el año fiscal 2025 para reflejar las negociaciones positivas sobre los precios de producción. Al mismo tiempo, las Fuerzas Aéreas estadounidenses afirman que no se recortará el alcance del proyecto. El servicio tiene la intención de recibir un total de 100 bombarderos B-21 para sustituir al B-2 Spirit y al B-1 Lancer.