EEUU podría restringir los vuelos del MQ-9 Reaper en Siria o empezar a usar cazas F-16 y F-35 para escoltar a los drones en medio de la agresión rusa
En menos de una semana, aviones de combate rusos han dañado dos drones estadounidenses MQ-9 Reaper, cuyo valor se estima en decenas de millones de dólares. Los incidentes han suscitado dudas sobre cómo puede Estados Unidos defender sus drones, que no están armados con misiles aire-aire.
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El 23 de julio, un caza Su-35 disparó una trampa térmica contra el MQ-9 Reaper y dañó la hélice. El operador conservó el control del dron y pudo llevarlo de vuelta a la base. Unos días más tarde, aviones Su-35 y Su-34 se acercaron a otro MQ-9. Uno de los cazas disparó bengalas y dañó el ala en varios puntos.
Hace unos años, EEUU y Rusia crearon un canal de comunicación entre los comandantes de ambos países para tratar estos temas y evitar colisiones involuntarias. Sin embargo, últimamente se ha llenado de quejas y la situación no se ha resuelto de ninguna manera.
Ahora hay tres vías de desarrollo. En primer lugar, EE.UU. puede reducir las operaciones del MQ-9 Reaper en el noroeste de Siria. Esto cerraría el flujo de inteligencia y limitaría la capacidad del ejército estadounidense para atacar posiciones del ISIS en la región. Además, la desventaja de esta solución es que señalaría a Rusia la eficacia de una acción agresiva en los cielos.
En segundo lugar, Estados Unidos podría utilizar aviones de combate para escoltar al MQ-9 Reaper. Los F-22 Raptors llegaron a Oriente Medio el mes pasado, pero ya han abandonado la región. Su redistribución también fue dictada por los vuelos agresivos de aviones rusos.
EE.UU. puede utilizar ahora los cazas F-16 Fighting Falcon, que llevan semanas operando aquí, y los F-35 Lightning II, que llegaron a Jordania el día antes del segundo ataque contra el MQ-9. Pero el uso de aviones tripulados podría plantear riesgos adicionales, ya que pondría en peligro la vida de los pilotos.
La tercera opción, y la más realista, al menos a corto plazo, es seguir volando el MQ-9 Reaper y documentar los casos de provocaciones rusas. Por ejemplo, el Departamento de Defensa estadounidense decidió publicar un vídeo del incidente del MQ-9 del 23 de julio, algo poco habitual. Lo mismo se hizo en primavera, cuando Estados Unidos hundió un Reaper en el Mar Negro. Sin embargo, el Pentágono no hizo público el vídeo de la situación ocurrida el 26 de julio con otro Reaper.