Apple lleva 5 años desarrollando su casco de realidad virtual. Se trata del primer producto nuevo de la empresa después del Apple Watch, que, dados los recursos invertidos, se suponía que iba a ser La Próxima Gran Cosa, que todos llevamos esperando muchos años después de que el mercado de los smartphones haya pasado a una fase de estancamiento (como antes el mercado de los ordenadores personales). A juzgar por el precio anunciado de 3.500 dólares, Apple decidió ir a por todas y subir la apuesta todo lo posible al principio. Aquí, como dicen los ucranianos, "o se gana o se pierde". Por un lado, el precio es demasiado alto incluso para un nuevo producto de Apple, que cierra el paso al mercado de masas. Por otro, todo se ha hecho según el canon del libro de texto para ingenieros, y las reservas financieras acumuladas permiten a la empresa jugar a largo plazo. En su búsqueda de compromisos entre potencia y autonomía, Apple ha apostado por la potencia, y entre realidad virtual (RV) o realidad aumentada (RA)... ¡por ambas a la vez! No sé si Vision Pro será un éxito, aunque me inclino más por una valoración positiva, a pesar del escepticismo inherente a mi profesión. Pero veamos los pros y los contras.