El ejército australiano fue capaz de controlar robots con el poder del pensamiento utilizando un casco HoloLens de Microsoft
El casco de realidad aumentada Microsoft HoloLens ha ayudado a científicos australianos a aprender a controlar robots con la mente. El sistema fue desarrollado por investigadores de la Universidad Tecnológica de Sídney y ha sido probado por el ejército.
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Si el trabajo de los científicos llega a buen puerto, los humanos sólo podrán controlar sistemas robóticos con la fuerza del pensamiento. Como parte de la prueba, los investigadores utilizaron auriculares de Microsoft y guiaron al robot terrestre visualizando puntos de ruta en sus cabezas.
Ni que decir tiene que semejante avance despertó el interés de los militares. En el experimento, el comandante utilizó su mente para que los robots terrestres inspeccionaran la zona. La observación se realizó a través de un casco de realidad aumentada HoloLens. Los científicos australianos ya han presentado su trabajo científico al público en general. Sin embargo, antes de la publicación, los militares realizaron pruebas.
El sistema funciona mediante sensores basados en grafeno. Los desarrollaron científicos australianos y los combinaron con un casco de Microsoft. Cuando una persona miraba a su alrededor utilizando las HoloLens, el sensor recogía las señales cerebrales y las transmitía a la Raspberry Pi 4B. El ordenador de placa única, presentado en verano de 2019, convertía las señales en instrucciones y las enviaba a los perros robóticos Q-UGV de Ghost Robotics, que se utilizaron en el experimento.
Hay que tener en cuenta que los militares llevan tiempo trabajando en interfaces cerebro-ordenador. Por ejemplo, en Estados Unidos, en 2015, un novio paralítico fue capaz de pilotar un modelo virtual de un avión de combate F-35 de quinta generación utilizando solo la fuerza del pensamiento.
El inconveniente es que el chip debe implantarse quirúrgicamente en el cerebro, y los sensores deben adherirse a la piel. En primer lugar, esto es un inconveniente debido a los cascos de los soldados. En segundo lugar, el gel irrita la piel y puede provocar infecciones. En tercer lugar, el gel se seca rápidamente.
Otras empresas también están trabajando en este tipo de chips. La primera de la lista, por supuesto, es Neuralink. La start-up de ELon Musk ha estado probando la interfaz cerebro-ordenador en animales, y quiere iniciar ensayos en humanos. Pero la FDA aún no lo permite. Preocupan los filamentos que se implantan en el cerebro.
Fuente: ACS Publications