Los bombarderos nucleares B-52, los destructores hipersónicos Zumwalt, los submarinos Virginia y otros 29 grandes programas de armamento han ganado 37.000 millones de dólares en dos años.
El Pentágono se enfrenta a retrasos en muchos programas de armamento. Pero éste no es el único problema del Departamento de Defensa estadounidense.
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El gasto en 32 programas clave ha aumentado en decenas de miles de millones de dólares en los dos últimos años. La Government Accountability Office (GAO) ha llegado a esta conclusión.
El personal de la GAO examinó un total de 101 programas de armamento del Departamento de Defensa. Entre ellos figuran la modernización del bombardero nuclear B-52 Stratofortress, el desarrollo de un misil de ataque de precisión de largo alcance (PrSM) para el HIMARS, así como la producción de submarinos de la clase Virginia y la creación de una nave espacial de nueva generación para la Fuerza Espacial estadounidense.
Más de la mitad de los 26 grandes programas de adquisición de material de defensa que aún no han alcanzado la capacidad operativa han registrado nuevos retrasos. Las razones principales fueron las interrupciones en el suministro, los retrasos en el desarrollo de software y un control de calidad deficiente.
El coste neto de 32 grandes programas de adquisición de material de defensa aumentó en 37.000 millones de dólares interanuales, debido al aumento de los costes de modernización, las ineficiencias de fabricación y los problemas en la cadena de suministro.
Anteriormente escribimos que los submarinos nucleares de la clase Virginia llegarían dos años más tarde de lo previsto. Además, la Marina estadounidense podría sufrir un retraso en la integración de misiles hipersónicos en los destructores de clase Zumwalt.
Las Fuerzas Aéreas estadounidenses también tienen problemas. Por ejemplo, las entregas de cazas F-15EX Eagle II se retrasan al menos seis meses. También se han retrasado los programas KC-46A Pegasus y Air Force One (VC-25B). El avión de entrenamiento T-7A Red Hawk lleva un "retraso" de más de dos años, y éste no es el límite.
El misil balístico intercontinental Sentinel deberá alcanzar su capacidad operativa inicial en 2030.
El coste del programa se estima en 96.000 millones de dólares. El misil sustituirá al Minuteman III y permanecerá en servicio durante varias décadas.
Fuente: Breaking Defense